Sintiendo Bali, Java y Bangkok. 3º día: Ubud, cuna de artistas

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¡Y por fin empezamos a visitar Ubud!
después de un copioso y americano desayuno en el encantador Pita Maha, con una furgo nos hemos ido Made, Juanjo y yo al centro de la ciudad, donde hemos visitado el palacio real o Puri Saren, muy decorado con distintas estátuas. Ya empezando a tocarlas tuvimos la primera sorpresa táctil del viaje, ¡muchas de ellas están recubiertas de musgo! debe ser por la humedad. Además, llevan también una tela en la parte de abajo. Esta tela sirve para cubrir y purificar la parte más impura del cuerpo, y suele ser blanca y negra, como dice Made, los colores del ying y el yang.
La dirección del palacio (podéis pinchar para ver el lugar en google maps): Jl. Raya Ubud, Kec. Gianyar,Kabupaten Gianyar, Bali 80571.

Primeras impresiones del centro de Ubud.

Una vez visitado el Puri Saren donde aún vive la familia real, aunque por supuesto ya no reina en la isla, hemos ido al banco a cambiar, y en taxi nos hemos acercado al Monkey Forest o bosque de los monos.
Es un paseo la mar de agradable, rodeados de grandes árboles. Se cuentan más de 100 especies diferentes y algunos sagrados, y por supuesto, rodeados también de monos macaco de cola larga que andan pululando alrededor de la gente buscando comida.
Los guardas del recinto recomiendan no alimentar a los monos porque tienen comida suficiente, pero hay vendedores de plátanos que hacen muy difícil resistirse a la tentación, y al final la mayoría acaba dándoles uno que otro platanito. De hecho Juanjo se animó a alimentar a uno de ellos, yo reconozco que lo probé pero me daba más impresión porque además me saltó encima. Y es que son unos monos muy atrevidos y sin ningún miedo a la gente, y si detectan que llevas comida, harán lo imposible por encontrártela. ¡Prepárate a su minucioso registro!

Juanjo alimentando a un mono.

Seguimos paseando para dirigirnos al templo del santuario, donde Made nos contó que está dedicado a shiva, el dios destructor; y es que nos cuenta que en el hinduismo tienen su trinidad encarnada en Brahma como el dios creador, Vishnu como el protector y Shiva como el destructor.
Nos contó que el templo es de estructura cuadrada y dividido en 3 partes separadas cada una por un muro. La primera es la parte más impura como las piernas y pies de una persona, la segunda es una parte más neutra que sería el tronco de la persona, y la tercera es la parte más pura y sagrada, como nuestra cabeza.

La Trinidad hinduista

La estructura del templo hinduista

La dirección del santuario de los monos (podéis pinchar para ver el lugar en google maps), es: Jalan Monkey Forest, Padangtegal, Ubud, y lo encontraréis al final de la Monkey Forest road. Para más info, podéis Visitar su web

Después de nuestro primer contacto con los dioses y templos hindúes nos entró el hambre, así que tocaba ir a comer, comida balinesa como no podía ser de otro modo.
Probé el urutang, que son salchichas hechas con carne de cerdo algo picantes al estilo balinés, deliciosas! con su acompañamiento de arroz y verduritas, y para beber, no podía faltar mi zumo de fruta natural, en este caso mango.

Por la tarde, al terminar de comer, fuimos al hotel a relajarnos un poco a la habitación porque no sé cómo, Juanjo había pillado un resfriado. Lo divertido del caso es que pensábamos que Made nos dejaría ese rato para nosotros, pero debió entender que tenía que estar siempre a nuestro lado, así que en vez de irse y quedar con ella al anochecer, se instaló en una de las tumbonas de nuestro jardín y ahí se quedó.
Reconozco que fue una situación bastante violenta, porque queríamos un poco de privacidad, pero nos sabía mal y no sabíamos como hacer para decirle educadamente que se fuera y que luego nos veríamos, sobretodo porque su casa además quedaba algo alejada de Ubud.

Hacia las 7 nos fuimos a ver una típica danza balinesa, el kecak representando el ramayana, y fuimos a verla en el Pura luhur Batukaru, como recordaréis, pura significa templo.
El Ramayana es la historia de la vida de Rama, rey y séptima encarnación de Vishnu. En la danza hemos visto la parte en que el demonio Ravana secuestra a Sita, y Rama junto a su hermano Laksmana van en su busca. El mono hanuman la encuentra en Lanka y va a informar a los hermanos, los cuales emprenden una batalla contra Ravana al cual asesinan y rescatan a Sita. El final de Sita, sin embargo, no es tan bonito, pero por no extenderme, os dejo más información sobre el Ramayana para que descubráis por vosotros mismos el destino de nuestra reina.

Inicio de la danza keckak.

Impresiona esta danza, porque la música es totalmente a capela y la cantan solo hombres, mientras el narrador, un monje, recita el Ramayana. Como habéis podido escuchar es un sonido muy característico que suena un poco tal que “chacachacachacachacachac”; y es que se escribe kecak pero se pronuncia “kechak”.
Si queréis visitar este templo, uno de los más importantes de Bali, se encuentra en: Mount Batukaru | Tabanan Regency, Tabanan.

Después de una experiencia tan chula y enriquecedora nos hemos ido a enriquecer el estómago para cenar al Coco Bistro, donde esta vez he probado el pollo al curri estilo indonesio con su sempiterno arroz y verduritas y zumito de papaya.

¡Qué día tan intenso! y solo es el principio, pero ya me tiene cautivada Ubud, con sus calles caóticas, sus millones de motos, su aroma a incienso toda ella por las mañanas a causa de los pequeños altares que están por todos lados con las ofrendas a los dioses, y con sus gentes, que no salen de su asombro al vernos tan lejos de nuestro país y sin comprender como podemos disfrutar viajando.

Sintiendo Bali, Java y Bangkok. 2º día: Singapur, Denpasar, Ubud

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¡Buenos días a 3 de julio! y seguimos nuestro periplo. Por lo pronto para llegar a doha hemos pasado ya por 3 continentes: un trocito de Europa, el norte de África y entrando por oriente medio, nos hemos metido en Asia y sentados en este boeing 777, de 74 metros de largo, nos disponemos a sobrevolar Asia casi entera para llegar a singapur y de ahí a Denpasar, capital de Bali, una de las aproximadamente 18000 islas que forman Indonesia.

El vuelo de doha a singapur ha durado unas 7 horas y media y tengo que deciros que se me ha hecho algo largo e incómodo, fundamentalmente porque al sentarnos en la última fila del avión, en la cola, no veáis como se movía el aparato! y claro, intentar dormir un cierto tiempo seguido, fue misión imposible. pero da igual! el avión en si a parte de enorme, tenía su pantalla individual con mando, su mantita, su almohada y una pequeña bolsita de viaje con calcetines, tapones para los oídos y hasta un cepillo de dientes! un bonito kit que me he quedado de recuerdo.
Por supuesto, nos han recibido con los caramelitos pertinentes, el sobrecito con una toalla húmeda y después de despegar ya ha empezado el desfile de refrescos, el consabido sandwitch o así le llaman ellos aunque para mí es un enrollado o wrap de pollo y al cabo de unas horas, el desayuno, el cual merece una mención a parte porque me han puesto lo mismo que a Juanjo, es decir, solo le han preguntado a él qué quería y a mí por defecto me han puesto lo mismo…, he quedado bastante sorprendida la verdad, además he de decir que no me ha gustado especialmente el desayuno, no sé si porque ya estaba algo cansada o porque me tocó algo las narices esa actitud.
A las 15:00 más o menos, hora local, 6 horas más que en España, hemos aterrizado en Singapur (singapore) y hemos bajado del avión durante una hora, supongo que para que repostara y lo limpiaran ya que al cabo de una hora y pico hemos vuelto a subir al mismo avión ya por fin, con destino a denpasar.
Lo que tiene ser ciegos, a Juanjo una de las azafatas se lo llevó a un asiento del avión, y a mí la otra me llevó a mi asiento anterior, el de la dichosa cola…, yo sí sabía que Juanjo había subido conmigo al avión pero él no tenía las mismas conmigo, si viérais el susto que se llevó hasta que no me acompañaron a mí donde él se sentaba…, la cosa al final tuvo su gracia.

 

 

Hacia las 19:00, misma hora que en Singapur, o sea 6 horas más que en España, después de unas 2 horas y media de vuelo, hemos aterrizado en denpasar, en Bali, la isla de los dioses, ¡por fin llegamos! y qué calooooor y qué bochorno, pero es lo normal en un país de clima tropical.
En el aeropuerto, la chica de la asistencia nos ha ayudado a sacarnos los visados de turistas para poder entrar en el país, cada visado cuesta 25 dólares, nosotros llevábamos euros y le dimos 50, contando que el cambio nos lo iba a dar en rupias y que un euro más o menos eran 13000 rupias y nos dió del cambio de los 50 euros, 15000 rupias…, haced cálculos y os daréis cuenta de algo tan simple como que la muchacha nos timó, así que bueno, esperemos que almenos haya disfrutado con lo que se sacó de dos turistas pardillos.

Habiendo recogido el equipaje la chica de la asistencia nos llevó para salir del aeropuerto y allí nos esperaba la que iba a ser nuestra guía en nuestra estancia en Indonesia, se ha presentado como Made y con ella nos hemos dirigido a la pequeña furgo con conductor que nos esperaba para llevarnos a Ubud, donde se encuentra nuestro hotel.

Presentando a made.

En el camino al hotel, y ya con un recibimiento en la propia furgo de un collar de flores (camboyas o frangipanis) de color blanco y olor exquisito, nos hemos ido conociendo y una de las primeras cosas que hemos aprendido es lo original de los nombres balineses ya que el conductor casualmente se llama Made también, y claro eso nos ha sorprendido mucho.
Podemos decir que los nombres se dividen en 3 partes:

  1. En los documentos oficiales primero aparecerá el determinante que indicará si es hombre o mujer. “i” es para el hombre y “ni” para la mujer
  2. En segundo lugar en la tradición balinesa, dependiendo en qué posición se nace en la família, hay ciertos nombres que se pueden usar tanto para hombre como para mujer o específicos si eres chico o chica.
  3. Y en tercer lugar vendría el nombre en si, ya que en Bali no tienen apellidos.

ASí pues nuestra guía se llama ni Made Sawitri Murni. Siendo “ni” el indicativo de mujer, “made” indicaría la posición segunda o sexta de la familia, en su caso la sexta y Sawitri Murni es el nombre.
No quiero extenderme aún y lo interesantísimo del tema pero en Los nombres en Bali encontraréis toda la información al respecto, perfectamente explicada, tal y como Made nos la contó a nosotros.

A las 10 aproximadamente hemos llegado a Ubud, a nuestro hotel, el Pita Maha Resort & Spa donde nos han recibido con unas toallas perfumadas para refrescarnos cara y manos y con un zumo de frutas natural, ¡mejor recibimiento imposible! y ya nos han enseñado nuestra villa, espectacular, con la cama llena de pétalos de frangipani haciendo forma de corazón y con un plato de fruta fresca. Al terminar de enseñarnos la villa, hemos encargado la cena y por fin hemos podido relajarnos.

Llegada al hotel Pita Maha

Por hoy solo os contaré que estoy enamorada de este hotel, la villa donde nos alojamos y la cena que hemos comido, yo nasi goreng y Juanjo Mee goreng (pronunciado mi goreng). El nasi goreng que me han servido es un plato de arroz frito con verduras, huevo y satai de pollo (el satai es un pinchito en este caso de pollo con una salsa deliciosa de cacahuete y se pronuncia saté) y el plato de Juanjo, el mee goreng, es lo mismo pero en vez de arroz frito, fideos fritos. La verdad ya venía con muchas ganas de probar el nasi goreng así que cuando lo vi en la carta del room service, no dudé ni un momento en pedirlo.
Y para culminar la noche, nos hemos dado un bañito en la piscina privada de nuestra villa, que por cierto, estaba fresquita el agua! más de lo que yo pensaba.

Más en el próximo post! donde os contaré más sobre este magnífico hotel y como no, sobre Ubud, la ciudad de los artistas en el corazón de bali.