El día que me contactaron desde Repsol para invitarme a una nueva exposición efímera sobre España a través de los sentidos, me pareció una idea fantástica ya que efectivamente este país es fascinante y puede disfrutarse de muchas y variadas formas, y Repsol junto a su guía querían demostrarlo con la exposición Guía Sensorium
Previo a la visita a la exposición pero, estuvimos hablando y grabando material y recursos que se convertirían posteriormente en un artículo y un pequeño vídeo sobre qué es el turismo inclusivo, la importancia que hay que concederle y lo fantástico que es que una guía referente como es la guía Repsol quiera apostar por ello.
Antes de contaros un poquito en qué consistió la exposición Sensorium, os dejo el artículo sobre turismo inclusivo y el vídeo en el que os cuento qué significa para mí el turismo para todos.
Exposición Sensorium
La exposición se pudo visitar en el Centro cultural del Matadero en Madrid la semana del 9 al 15 de julio. La hicieron para que fuera inclusiva para todos, desde personas con mobilidad reducida, personas con discapacidades sensoriales (ciegos, sordos) y por supuesto también para niños!.
El espacio se dividía en 5 áreas distintas, una para cada sentido y todas muy bien adaptadas con sus pavimentos táctiles, carteles en braille, materiales y experiencias adaptadas a mayores y niños o gente en mobilidad reducida en cuanto a las alturas de los objetos, intérpretes de guía de signos y por supuesto guías acompañantes por si hicieran falta para recorrer la exposición.
Audivi
Es la primera sala con la que nos encontramos, la sala del sentido del oído. Para disfrutar de ello, habían repartidas nubes a distintas alturas, tanto para adultos como para niños en las cuales al introducir la cabeza podías escuchar diferentes y muy representativos sonidos de algunos lugares del país como una mascletá típica de valencia, una migración de aves en el delta del Ebro o las campanas en fin de año de la Puerta del Sol en Madrid.
Odorem
La siguiente sala, dedicada al sentido del olfato, y fue una de mis favoritas.
Los olores se presentaban en dos formatos. Por un lado eran unas copas con una perilla la cual presionabas y acercando la nariz a la copa, podías oler su aroma correspondiente. El otro formato eran como unos platos llanos con tapa, levantabas la tapa y en medio del plato había un botón que al presionarlo salía el aroma en cuestión.
Ahí pudimos oler lavanda, azaar, un pinar, melón, fresas, vino, cazalla… entre otros muchos aromas.
Tange
La sala del tacto. Los materiales para tocar estaban escondidos en cajas sorpresa donde metías la mano sin saber qué ibas a encontrarte dentro porque no podías verlo. Me comentaron que a mucha gente le daba impresión, a mí me pareció divertido.
Había arena de la playa, hierba de prados asturianos, corteza de roble, piedras volcánicas, plumas entre otros muchos materiales.
Gustum
Vamos a por el gusto! una sala interesante donde por un lado podíamos encontrar fotos comestibles, tal cual lo leéis, entre ellas imágenes de la Torre de Hércules de a Coruña, la Puerta de Alcalá de Madrid o la Sagrada Familia de Barcelona.
Por otro lado, quizá menos original pero muy curioso, caramelos de gominola de muchos sabores pero claro, no los típicos de fruta. Habían de queso manchego, de vino, de arroz con leche y hasta de aceite de oliva.
Visum
Y como no, la sala de la vista que aunque pueda no parecerlo, también la disfrutamos ya que a parte de las imágenes que se proyectaban en todas partes, hasta en nosotros mismos, también había audios que ayudaban a que la experiencia fuera más inmersiva. Así pues nos introdujimos en un bosque con cascadas y hasta en el fondo del mar.
Impresiones
Al terminar la exposición te das cuenta que ha habido un trabajo previo concienzudo para tratar de que todo el mundo se sienta incluido y pueda disfrutar plenamente de ella.
Se han preocupado no solo de su accesibilidad para personas con discapacidad si no para que todos nos sintamos a gusto. Por ejemplo, yo tengo un hijo pequeño sin discapacidad y cuando viajo me fijo tanto en lo que a nosotros los ciegos nos facilita y hace más agradable el viaje como lo que a mi hijo le pueda gustar más y ser más apto para su edad, y aquí en esta exposición lo han tenido todo en cuenta, así que hubiera sido una actividad totalmente recomendable para hacer en familia.
El único pero que les pongo es que solo haya durado una semana. Pienso que todo este trabajo y buen hacer se merecía más tiempo de ser expuesto, e incluso que se hubiera podido hacer itinerante y llevarla a otras partes del país y por qué no, a ferias de turismo internacionales. Todo lo que sea visibilizar y normalizar la inclusión, bienvenido sea, y más si está tan bien hecho como lo fue Sensorium.
¡Síguenos y no te pierdas nada!