Turismo inclusivo. Esquí adaptado en la Molina

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¿Os gusta la nieve? a mí me apasiona, desde siempre, solo escuchar que puede ser que nieve ya me entra una emoción y un cosquilleo de excitación por poder sentirla de nuevo…
La verdad es que la afición viene de pequeñita, cuando con toda la troupe familiar íbamos a esquiar, primero a Cerler y luego a Andorra, en Pal-Arinsal… Qué recuerdos tan chulos!

Núria muy pequeñita en la nieve.

De pequeñita en el jardí de neu, y un pelín ya más mayor con monitor que me enseñó mis primeros rudimentos de esquí, es decir, la cuña, que se trata en poner los esquíes en forma triangular, separando los talones y juntando las puntas, así coge la forma de la cual toma el nombre. La cuña sirve para frenar, algo muy importante y útil sobre todo cuando pillas velocidad y te estresas.
Y a esa edad, 6 añitos cosa así, también esquiaba con mi padre que me ponía delante de él, yo sin los bastones e íbamos bajando las pistas, si yo la liaba, él podía controlarme. Alguna vez hasta con mis padres de la mano había bajado pero claro… el tiempo pasa, crecemos, las circunstancias cambian y pasé muchos años sin volver a esquiar.

De mayor he ido esporadicamente a Andorra con mis tíos y primos, a Vaqueira con Juanjo que lo llevé de sorpresa y mis amigos Patri y Pablo y esta vez a la Molina.
Las 3 veces por supuesto hemos esquiado con monitores especializados y de ello es de lo que os voy a hablar. Del deporte adaptado y en este caso, del deporte adaptado en la molina, ubicada en la Cerdanya.

Esta última vez fuimos a principios de enero de este año 2017 y gracias a la Fundación Cruyff pudimos pasar un rato estupendo esquiando con dos profesores especializados en esquí adaptado.
Me maravillé viendo las sillas que tienen para que personas con mobilidad reducida también puedan esquiar! y es que aunque yo también tenga una discapacidad, no significa que conozca ni sepa de todas las necesidades, ayudas, inventos… que hay para facilitar la vida al resto de personas con discapacidad y es que cada discapacidad y cada persona es un mundo… De ahí la importancia de que cada vez seamos más los que visibilicemos nuestra situación y circunstancias, para que el mundo aprenda que no se puede usar la etiqueta discapacidad para englobar tantas realidades diferentes.

¡bien! dicho lo cual, sigo con nuestra jornada de esquí. Tuvimos dos horas de clase a primera hora de la mañana, de 9 a 11. El día no fue soleado, de hecho al poco de iniciar la clase empezó a nevar ligeramente y cuando terminamos, la nevada era copiosa!, cosa que me encantó como podéis imaginar.
Estuvimos esquiando en una pista verde, la más sencillita de todas. Primero empezamos con una bajada más cortita en la que accedíamos a través de una cinta transportadora… en la que reconozco que me costó algo pillarle el truco a acceder con los esquíes! En mi juventud, para subidas cortas habían los telearrastres, un palo que iba entre las piernas y te arrastraba, como su nombre indica, hacia arriba.
Una vez hubimos dominado la bajadita inicial ya fuimos a coger el telesilla para poder hacer la pista entera. Los telesillas que por cierto, también estaban adaptados para poder acceder con la silla de esquí.

Las dos horas nos pasaron volando, tanto Juanjo como yo lo disfrutamos como niños y nos quedamos con ganas de repetir muy pronto, además, cada uno teníamos nuestro profesor particular así que cada uno pudimos ir a nuestro ritmo y aprovechando a tope todos los beneficios de un profe para ti sola/o.

Mi padre que se quedó como espectador de nuestras bajadas hizo unos cuantos vídeos y aquí os dejo uno para que os hagáis una idea de como una persona ciega es capaz de esquiar, siguiendo las indicaciones de un profesor. Que por cierto, me quito el sombrero por su habilidad a la hora de esquiar de espaldas.

¿A qué esperáis para probarlo? ahora que va a empezar la temporada de nieve, ¡es vuestro momento!

También probamos el tubbing que es lanzarte dentro de un pneumático cuesta abajo de la montaña y es adictivo, pero de esto aunque hay vídeo, me lo reservo para la intimidad para no destrozaros los oídos con mis gritos de entusiasmo.

Si queréis más info sobre todas las actividades y servicios que realizan en la Molina, aquí tenéis todo sobre el deporte adaptado

En cuanto al acceso a pistas, nosotros fuimos en coche pero aquí os dejo la info sobre los Transportes a pistas

Gastos por persona y día

Monitor especializado en esquí y snow adaptados.
43€/H.
Forfait.
10€ por gran discapacidad, presentando la targeta que lo acredite.
Seguro.
3€.
Gastos totales 2 personas con 2h de clase cada una.
198€.
¡Síguenos y no te pierdas nada!

Publicado por

amaterasu

Fundadora de Sixsense Travel, plataforma de turismo inclusivo. Apasionada de mi família Vikinga, los Viajes, la inclusión y la igualdad de género. Intentando hacer de este mundo un lugar mejor donde vivir.

4 comentarios en «Turismo inclusivo. Esquí adaptado en la Molina»

  1. jajajajaja MENCAAAANTA yo nunca he esquiado, pero me divertia mucho en trineo ….con las ganas me quedo de oir esos gritos de entuasiasmo en el tubbing!! ^____^

  2. Caray Núria no se como te las arreglas pero siempre que leo tus publicaciones, me haces que me salte la lagrimilla, recordando tiempos pasados cuando eras mi pequeña brusni.

  3. Què chuli! Mai he fet esquí, peró el tubing m’encanta! Uff, i si volen neu, és només venir a visitar-me, que visc a una de las ciutats més nevades del meu país…#justsayin.

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